El sujeto de nuestra prueba es la Canon EOS D60, el último modelo de réflex digital 'clásica' de objetivos intercambiables de la marca japonesa. Se trata de una nueva versión de la EOS D30, de la que se diferencia fundamentalmente por el uso de un sensor CMOS de seis Megapixeles en lugar del anterior de tres, aparte de mejoras en el Autofocus, velocidad de proceso y reducción de ruido en las imágenes. Como su predecesora, es compatible con la mayoría de ópticas y accesorios del sistema EOS 'tradicional', aunque en el caso de los objetivos, debemos recordar que, como la mayoría de réflex digitales (ver consultorio digital del número anterior de esta revista), debemos tener en cuenta el factor de multiplicación focal, en este caso de 1.6x, por lo que un 35-105 mm se transformaría en un 56-168 mm, sin cambiar la luminosidad de la lente.
La prueba fue realizada con los objetivos Canon EF 20-35 f/2.8 y 28-80 f/3.5-5.6 y con una tarjeta de memoria Sandisk Ultra de 512 Mb.
En la caja se nos entrega un completo paquete de software, con el programa de retoque fotográfico Adobe Photoshop 5.0 LE, los convertidores de formato RAW a TIGG o JPG, los drivers USB y el programa Canon ZoomBrowser, para organizar y descargar las imágenes desde la cámara. También se incluye una batería recargable de litio-ion BP-511, junto con un velocísimo cargador externo, con capacidad para dos unidades; igualmente de serie encontramos los cables USB y de vídeo compuesto (para conexión a la TV o vídeo con esta entrada). No se entrega ni óptica ni tarjeta de memoria.